A partir de esta concepción del desarrollo humano llevamos adelante diversas estrategias.
- Soberanía alimentaria con productores/as de la agricultura familiar regional.
- Finanzas solidarias.
- Trabajo y producción de emprendimientos familiares, asociativos y/o cooperativos.
- Organización de los consumidores.
- Promoción de redes.
- Fortalecimiento de alternativas de comercialización asociativas que posibiliten la venta directa.
Este enfoque supera e interpela la visión meramente productivista, o que crece sólo por los bienes monetarios y el mercado financiero, según la cual los procesos de concentración tienen como principal objetivo generar ganancias avasallando las prácticas de cooperación y cuidado de los recursos disponibles.
La economía social propicia modelos de desarrollo territoriales sustentables, respetuosos de los ecosistemas, que generan arraigo y pertenencia. Promueve proyectos políticos que incluyan a todos desde la socio-economía y no desde prácticas asistencialistas que reproducen la desigualdad hacia el interior de nuestras sociedades.